jueves, 3 de noviembre de 2011

XVII Salón del Manga (Barcelona)

Antes de proceder con la crónica nos permitimos el lujo, para eso es nuestro blog, de hacer una pequeña reflexión a propósito del evento dirigido por Ficomic.

Un año más nos enfrentamos al Salón del Manga de Barcelona y un año más nos encontramos con que en absoluto es nuestro ambiente. Las ventas fueron mejor de lo esperado, nos lo pasamos de miedo con los compañeros fanzineros de siempre y de nuevo hemos conocido a gente interesante e interesada en lo que hacemos. Entonces, ¿qué es lo que falla en el Salón del Manga? Pues precisamente el manga. No tiene ningún sentido viajar hasta Hospitalet para comprar el último tomo publicado de Bleach o para comprar un dvd o una figura que bien podemos adquirir en nuestra tienda habitual por el mismo precio o incluso por uno menor que en el propio salón. Porque, no nos engañemos, da la sensación de que en vez de poner precios atractivos, las editoriales y los comerciales del salón hinchan los precios cada año más, llegando a cobrar auténticas salvajadas por merchandising que podemos encontrar de oferta en los típicos portales de venta de importación.

Así pues, el salón se convierte en un centro social al que asistir un sólo día para poder ver a los colegas que llevas un año sin ver debido a la diferencia de situación geográfica o para asistir al concurso de cosplay, que recordemos se resuelve de nuevo en tan sólo un día. ¿Y qué haces el resto del fin de semana? Pues te pateas Barcelona, que es una joya. Ya comprarás cómics a la vuelta del viaje en tu ciudad o por internet.

En los cuatro días que duró el salón, apenas hemos visto a los asistentes cargar con bolsas y cuando preguntabas en los stands comerciales, los dependientes te confirmaban que efectivamente la caja estaba llendo muy mal. Pero ojo, que la culpa sigue siendo de los propios comerciales. Si vas a un salón, esperas ver ofertas, no encontrarte con 50 puestos con exactamente el mismo material marcado con precios idénticos. Esto, sumado a las nefastas actividades, a los cada vez más insulsos autores invitados y a una zona de exposición y de videojuegos que da risa, hace que la gente que se acerca a Hospitalet lo haga sólo durante un día, de manera muy específica orienteda hacia un objetivo concreto (cosplay, quedada, merchandising muy concreto, etc) y que obvie que el salón dura tres días más. Sin ningún aliciente que te enganche para prolongar la estancia en Barcelona, no compensa pagar cada día una entrada que no te va a permitir ni consumir con satisfacción, ni divertirte o entretenerte de maneras alternativas durante los diferentes días del salón.

Y por otra parte, para nuestra desgracia, está la isla de los fanzines. Somos muy optimistas y nos alegramos de que a nuestros compañeros les cuadren los números gracias a la terrible moda de las chapas y del merchandising no oficial que se mueve en esta parte de los salones. Pero este evento ha sido especialmente revelador en cuanto al verdadero valor que las diferentes asociaciones y estudios les dan a sus fanzines. Podía uno darse una vuelta rápida alrededor de la isla de fanzines y aún prestando atención podía completarla sin apenas poder ver las publicaciones impresas de propios y extraños, pues estaban literalmente enterradas entre chapas, camisetas y merchandising no oficial. Era imposible vender un sólo fanzine en los stands porque la gente sólo se acercaba a comprar lo que todos sabemos. Y aún así hemos sido capaces de alcanzar en cifra económica a alguno de nuestros colegas compitiendo con ellos sólo con nuestro Andergraün a 3€. De ahí el optimismo.

Pero somos mayorcitos y no nos engañamos. El público del Salón del Manga está perdido y la culpa es tanto de Ficomic por no saber renovarse, como de los comerciales por aprovecharse de una crisis en el sector en vez de abogar por remontarla con ofertas y liquidaciones y, por supuesto, de nosotros los fanzineros, por perder el espíritu que nos ha hecho ser independientes y orgullosos. Nos hemos dejado seducir por el dinero fácil y hemos olvidado lo jodido, sí es muy jodido, que resulta hacerse un hueco entre los lectores que desconocen el mundillo independiente. Estamos metiéndonos en un pozo muy oscuro, amigos, y como sigamos cayendo va a llegar un momento en que vamos a desaparecer irremediablemente. No todos tenemos la suerte de llamarnos Caramba.

Despues de este pequeño desahogo con moralina, pasemos a ver un poco cómo fue el Salón del Manga de 2011.

El Salón

Tras las 12 horitas de autobús de rigor, llegamos a Barna para desayunar en el bar fetiche de los salones, donde habíamos quedado con los compañeros de Ruleta Rusa para acercarnos hasta la Farga para dejar los fanzines en nuestro stand.



Timoneda, de Ruleta Rusa, dando el visto bueno.

Poco más quedaba por hacer en el vacío recinto salvo saludar a los colegas que llegaban con cuenta gotas. Así que nos fuimos a pasar la mañana en Barcelona, a descansar un poco y a prepararnos porque por la noche éramos los invitados especiales en el programa de radio Tres Tristes Tigres en el cual Timoneda participa. Muy divertida experiencia que recomendamos escuchar a todos los amantes del absurdo y del grotesco. No os perdáis las clases de Catalán que imparte nuestro querido Diego.

Haciendo el gamba en el aire con Ruelta Rusa.


Primer día en Barna completo. Colacao, coloquio sobre Dr Who y a la cama. Al día siguiente empezó el salón y la verdad es que nos fue de lujo. Mucha gente se había quedado sin el número 4 la última vez que pisamos la Ciudad Condal y las ventas fueron geniales. Además, hicimos pack con los últimos ejemplares del número 3 y conseguimos acercar Andergraün a nuevos lectores. Un día de salón redondo. Este sábado la Farga estaba a reventar ya que a primerísima hora de la mañana la cola de entrada con la de la taquilla se juntaban al otro lado del recinto. Una locura.


Miles de otakus esperando a que comenzara la cita anual. Y nosotros deseando sajarlos a todos.

Como nota curiosa y como medida de la estupidez de la que los frikis tienen por costumbre hacer gala, volviendo al recinto tras aprovisionarnos de agua y chucherías varias, en las puertas del recinto se llegaron a juntar tres colas. Una para la taquilla, otra para entrar y otra tercera que llevaba a unos chavales disfrazados que estaban apoyados en la pared. Fue mágico.

Diego mofándose con razón de la tercera cola (el chico de la sudadera gris con bolso).

Poco más que reseñar del sábado. Fue un estrés de día donde lo dimos todo en el pasillo, como en los viejos tiempos. Esa misma noche tocó la cena anual de fanzineros, de nuevo en el burguer de cuyo nombre no quiero acordarme, en el cual reimos con los teléfonos instalados en cada mesa, comimos, celebramos un cumpleaños ajeno, puteamos telefónicamente a Guillermo (Flascinder) y a Evandro (El Hombre Orgánico) y protagonizamos una batalla campal del bolitas de papel. Mu rico.

Pedro Kat y Diego tramando cosas fanzineras que tienen que ver con Juego de Tronados.

Fin de noche. Colacao, repasar las ofertas en Steam y a sobar. Llegó el domingo y el salón empezó a flaquear. Si bien la mañana estuvo muy, muy regulera, la tarde llenó de nuevo la Farga y eso a los fanzines nos vino de lujo. Además, la tarde estuvo acompañada de dos alegrías más; por una parte la presentación de las novedades fanzineras del año, presidida por los señores de la Fanzinería Pedro Kat y Diego DNM, con las típicas chanzas hacia los novatos del sector. Y por el merecidísimo premio Ficomic al Mejor Fanzine Manga que fue a parar a manos de nuestros amigos de Studio Kat. ¡Enhorabuena chicos, estamos empatados!


Porque ser millonarios no es ser suficiente.

El domingo la gente ya se empezaba a animar con el cosplay y pudimos ver algunas muestras de talento con la aguja. Aunque hemos de decir que parace que cada año a la gente le cuesta más sacar a pasear los disfraces por la Farga. Una pena.



Un Robin que además de estar vestido de puta madre, era un tipo simpatiquísimo.



El Darth Vader samurai fue de lo mejorcito del salón.


Un Cantero posando con Willy. Muy original.

Por la Farga se pasó hasta Joseph Aloisius Ratzinger.

Poco más dió de sí el domingo. Nos fuimos para casa nada más cerrar el salón y allí nos pusimos como gochos cenando solomilllo de cerdo mientras el Abogado de Ruleta Rusa nos daba una impresionante lección de legislación. Increíble momento.


El abogado de Ruleta Rusa es una bellísima persona pese a su aspecto amenazador.

Y con el lunes llegó el declive. Muy poca gente, muy pocas ventas y tanto los stands comerciales como los independientes llevándonos las manos a la cabeza, implorándo a los Dioses de la Economía un puñado de euros. La cosa no fue ni mal ni bien, así que durante los dos últimos días de salón los True Fanziners nos dedicamos a hacer lo que mejor sabemos hacer: El cabestro. Para empezar empezamos a perseguir a los peores cosplays (o cospobres) del salón, para hacer alguna chanza a costa de los pobres otakus. Con grandes resultados. Ahí van un par de muestras.

Si Robin molaba, Thor daba penica. Ahí tenemos a Willy intentando no reirse del martillo de cartulina y papel albal del Dios del Trueno.

Nos llovió una lluvia de insultos al felicitar al friki de arriba por su lugrado disfraz de Hulk super Saiyan. Suerte que teníamos al abogado de Ruleta Rusa para velar por nuestra integridad.

El premio al peor cosplay de este salón estaba claro. El Majin Boo hecho con papel higiénico no tenía rival.

Y para continuar con la locura fanizera, nos fuimos con Ruleta Rusa a hacer otra cosa que se nos da muy bien: pedir prestadas cosas cuando nadie escucha. Vean el documento gráfico y juzguen ustedes mismos.

Los "hamijos" de la Cruz Roja se marcharon y se olvidaron una silla de ruedas. Las atorcidades cometidas con ella son TOP SECRET. Echadle imaginación y mucha maldad.

Con tanta desesperación y tiempo libre, el martes pasamos directamente de vender y nos plantamos durante más de medio día en uno de los puestos de café. Así terminamos el salón, damas y damos.

Chus ya se los metía de dos en dos para aguantar semejante aburrimiento de salón.

Poco más que comentar. Buenas ventas pese a la flojera de los dos últimos días, en un salón que necesita redefinirse urgentemente. Se rumorea que el año que viene el Salón del Manga abandona la Farga de Hospitalet para irse con su hermano mayor a la Fira, en pleno centro de Barcelona. Esperemos que los señores de Ficomic no sólo hayan acertado con el emplazamiento, si no que el cambio sea de espíritu y renovación. Por nuestra parte nos estamos planteando si volver o no al Salón del Manga, así que esperemos que cambien las cosas para que la respuesta sea un sí rotundo. Ahora os dejamos con lo que de verdad estábais esperando:

Las Chicas Promo.

Pues sí, las hubo. Pocas pero guapérrimas. Un aplauso para todas ellas, que gracias a su ligereza a la hora de vestir nosotros llegamos a más público. ¡Gracias chicas! Vosotras sois las protagonistas de esta entrada.






Así nos despedimos, con belleza. Un placer haber compartido estos días con toda la gente amiga en Barcelona. Si no pudísteis ir y os quedásteis sin el número 4 de Andegraün, no pasa nada. Nos vemos en unos meses en el Salón del Cómic.

5 comentarios:

Daniel Bartual dijo...

Yo no creo que el hecho de vender camisetas, chapas y demás merchandising como cosacos sea vender tu alma al Sr. Dinero, desde mi punto de vista es una forma más para atraer al público para que se interese por leer un fanzine. Como tú bien dices, es bastante jodido abrirse un hueco entre los lectores por lo que a mí me parece que toda ayuda es bien recibida.

Y por cierto, tendríais que haber hecho más fotos de chicas. El domingo había una cosplayada de Bayonetta que quitaba el hipo.

Nixarim dijo...

Soy la chica que iba de Morrigan. Solo quería dejar constancia de que al final compré un fanzine, el número 4, y me está gustando mucho, eeeergo seguramente acabe por compraros el resto.

Ale, a seguir bien! :D

Mariano Ruiz dijo...

wenas! soy el Darth Vader Samurai! XD me gusta que penséis que mi disfraz fue bueno... repetiré en el Salón del Manga de Valencia, si alguien va a ir, allí me encontrará! Estoy haciendo unos cuantos retoques al disfraz. Weno, solo era eso. Muy bueno el repor!

Eylan dijo...

Amén sobretodo a la parte de "El salón es la tiña y no hay nada que hacer aparte de comprar o montartelo por tu cuenta". Pero es que eso se hace extendible a casi todos los eventos.

FREAK666 dijo...

hola:

soy el tipo simpatiquisimo alias Robin jijiji deciros que este año repetire e ire de Nightwing y acompañando a Batman

espero veros muchachos